En ocasiones se conjugan los astros para poder celebrar eventos memorables. De esos que, a pesar de recordar y reivindicar una tragedia, son el vivo reflejo de las miradas particulares de un artista; propuestas que pudiesen parecer “pequeñas”, no obstante provistas de un alma y calado espiritual gigantes: inesperadas, inadvertidas y creciendo desde el horror, tornándose en una visión bella y llena de optimismo desde las mismas tierras baldías de la catástrofe.
Precisamente el día en el que Espacio Seminci sopla dos velas, la Asociación Fotográfica Vallisoletana organiza, con 72 años de experiencia a sus espaldas, contando con la colaboración de Seminci y el Ayuntamiento de Valladolid, la presentación del proyecto audiovisual, ‘Sierra de la Culebra, Retrato del Desastre’. Un compendio fotográfico que profundiza a través de sus cuatro bloques, mostrando la magnitud del desastre en el enclave zamorano de la Sierra de la Culebra, reducida a cenizas en los incendios que tuvieron lugar en el verano de 2022. Dos incendios, en plena ola de calor, que arrasaron en total más de 60.000 hectáreas de un ecosistema privilegiado y singular, otrora refugio de especies vegetales autóctonas, animales y micológicas de valor incalculable. Un escenario dantesco que, en un primer momento, no tuvo la cobertura mediática necesaria, aun siendo dos de los siniestros más dañinos de la historia de España.
Gracias a las cámaras de Ángel Pérez, Presidente de la Asociación Fotográfica Vallisoletana; y los fotógrafos Carlos Blanco, Javier Rodríguez y Miguel Ángel Cruz, contemplamos en primera persona el desolador panorama posterior a la furia de las llamas. Cuatro miradas diferentes que ponen un foco común, mostrando sus instantáneas y particular percepción, dotando de una siniestra belleza a aquello que vemos, esta vez, en la gran pantalla. Parajes ennegrecidos, cenizas, paisajes tiznados de hollín y vegetación calcinada, dan muestra de la envergadura del desastre; por contra, somos testigos de una macabra belleza de la destrucción, mientras diminutos brotes verdes emergen desde el epicentro de la muerte. La naturaleza, sabía, renaciendo incansable una vez más.
Cuatro presentaciones audiovisuales, que cuentan con la fuerza de las partituras de grandes compositores como Vangelis, Hans Zimmer, Jorge Méndez y Luis Antonio Pedraza, potenciando la ya de por sí gran fuerza de cada una de las capturas de los cuatro fotógrafos.
Con aforo completo, terminada la proyección con aplausos, comienza un coloquio en el que cada artista aporta sus experiencias propias a pie de campo, contribuyendo a dar a los espectadores un mayor empaque a lo visto. Las preguntas surgen de manera espontánea, interesándose no exclusivamente en la capacidad artística, sino preguntando por el acceso a las áreas afectadas, las sensaciones personales, la impotencia ante el terror y las esperanzas de futuro. Todo en medio de un escalofriante mosaico, que tardará varias generaciones en volver a la vida, pero nunca jamás de la manera en la que lo conocimos. Un lamento por la naturaleza que, en definitiva, nos atañe a cada uno de nosotros.
Citando a la escritora y periodista bielorrusa, Svetlana Aleksiévich, autora del libro, ‘Voces de Chernóbil’: — << (…)Yo, en cambio, me dedico a lo que he denominado la historia omitida, las huellas imperceptibles de nuestro paso por la tierra y por el tiempo. — >>. Que sea en esta ocasión la fotografía, la encargada de escribir con imágenes los escenarios de la devastación: ‘Sierra de la Culebra, Retrato del Desastre’.
Publicado y redactado originalmente por Marcos.B el 16 de febrero de 2024 en CINE MI AMOR © Fotografías realizadas por Marcos.B
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